‘Hacemos Música Para Poder Hacer Magia’: Zoé

Habla Ángel Mosqueda, bajista y compositor de la banda mexicana Zoé, que prepara su próximo disco.

La banda mexicana Zoé se consagró en 2011 cuando grabó su disco en vivo para el MTV Unplugged, Música de fondo. Podría decirse que ese momento marcó la mitad de su trayectoria que comenzó en 1998 y se sigue construyendo hasta hoy, cuando preparan su próximo trabajo discográfico.

Hace dos semanas lanzaron SKR, el primer adelanto de este proyecto que, en palabras del bajista, Ángel Mosqueda, es el que mejor condensa toda la identidad musical que Zoé lleva construyendo durante más de dos décadas. Y ese estilo ya maduro encaja bien, según él, en el concepto del ‘retrofuturismo’. Es decir, el arte salido de las conjeturas sobre cómo sería el futuro que tenían en décadas pasadas.

Mosqueda, que conversó con EL TIEMPO, compara las mezclas electrónicas, las guitarras psicodélicas y los bajos armónicos y potentes de su propuesta con la música de películas como Blade Runner (1982), que explora la ciencia ficción.

Precisamente por la limpieza de su sonido que abarca, contiene y entreteje las influencias de distintas décadas, el público de Zoé no tiene una caracterización específica. A la banda la siguen fanáticos de todas las edades y de todos los países de habla hispana

Junto con Café Tacvuba, Zoé es uno de los grupos mexicanos de rock alternativo con más proyección en el exterior. En un país con una amplia y heterogénea escena musical, la banda compuesta por Ángel Mosqueda (bajo), León Larregui (voz), Sergio Acosta (guitarra), Jesús Báez (teclados) y Rodrigo Guardiola (batería) es un gran referente de las propuestas emergentes.

De los cinco integrantes, León Larregui es el que más proyecta la figura de estrella de rock. Ha adelantado su carrera como solista, pero siempre regresa a Zoé, en donde su característica pronunciación caza de manera fluida con las propuestas de toda la banda. Todos escriben y todos aportan.

El disco, que todavía no tiene un nombre oficial, pospondrá su estreno hasta el 2021. En ese momento habrán pasado tres años desde su trabajo anterior, Aztán (título que se refiere a un sitio místico de la cultura azteca), con el que se ganaron un Grammy y un Grammy Latino. Este último premio lo han ganado en otras dos ocasiones por su trabajo en el Unplugged.(También le puede interesar: ‘Ramiro D. No futuro’, entrevista con Ramiro Meneses).

El MTV Unplugged de 2011 los internacionalizó y los llevó a muchos oídos. ¿Cómo resumiría la trayectoria de la banda desde entonces?

Han sucedido varias cosas. Sacamos un disco que se llama Prográmaton en 2013, hicimos una gira extensa que culminó con un concierto memorable en la Ciudad de México, que fue la presentación más grande que hemos tenido. También hicimos el documental Panorama, que refleja lo que fue la banda durante esos años. En 2018 sacamos nuestro álbum Aztlán, que también tuvo una gran gira. Ahora estamos preparando nuestro último disco. Creo que nos hemos enfocado en lo internacional. Y ahora nos estamos alistando para el poder continuar con este viaje, si todo sale bien.

¿Cómo son los procesos creativos de la banda?

Tenemos la fortuna, la ventaja y el don de que varios de los integrantes de la banda componemos canciones. Escribimos de muchas formas: lo hacemos individualmente, en parejas, en equipos. Justamente este disco es en el que más hemos querido reflejar esa sinfonía que somos nosotros. Aunque estemos alejados y trabajemos por separado, tenemos una visión de cómo funcionamos, hay un entendimiento claro de lo que queremos.

Esto ha pasado gracias a todo el trabajo que hemos hecho, a los años que llevamos juntos y a la vibra que hay entre los integrantes. Nosotros trabajamos de manera lúdica. No hacemos canciones por hacer canciones. O más bien, sí lo hacemos por hacer, pero no de una manera seria o estática. Intentamos hacer música en la que haya magia. También nos preguntamos para qué hacemos esto, y a veces la respuesta es que nos dedicamos a esto para hacer algo divertido y refrescante.

Con el tiempo, ustedes se han convertido en el referente de muchos artistas.

Es definitivamente un privilegio. Es, por supuesto, una gran responsabilidad. Y es motivante. Además, hay gente que toma como referencia no solo la música de Zoé, sino nuestra historia. Que otras personas nos sigan me hace pensar que estamos en el lugar correcto y que la música da para mucho.

https://www.instagram.com/p/B92wsBknSDL/?utm_source=ig_web_copy_link

¿Qué diferencias hay entre ‘Aztlán’ y el disco que están preparando?

Entre todos los discos siempre hay cosas distintas, pero también hay similitudes. Somos los mismos integrantes, es la misma banda y eso hace que nuestra música se parezca entre sí. Pero los recursos musicales, y la libertad que tenemos nos ha ido clarificando el concepto. En este álbum hay un espectro de colores y de sonidos muy rico, libre y relajado. Tenemos composiciones buenas. Y el trabajo refleja mucho de lo que estamos viviendo como banda, que es una etapa de entender el arte de forma tranquila. Mezclamos elementos electrónicos, acústicos, roqueros. Yo definiría el sonido como ‘retrofuturista’.

Ahora creo que el rock tiene su lugar. El rock no va a morir. Ahí está para el que lo quiera oír. Aunque a veces me preocupa que haya calidad, no simplemente rock..

La banda mexicana Zoé se consagró en 2011 cuando grabó su disco en vivo para el MTV Unplugged, Música de fondo. Podría decirse que ese momento marcó la mitad de su trayectoria que comenzó en 1998 y se sigue construyendo hasta hoy, cuando preparan su próximo trabajo discográfico.

Mosqueda, que conversó con EL TIEMPO, compara las mezclas electrónicas, las guitarras psicodélicas y los bajos armónicos y potentes de su propuesta con la música de películas como Blade Runner (1982), que explora la ciencia ficción.

Precisamente por la limpieza de su sonido que abarca, contiene y entreteje las influencias de distintas décadas, el público de Zoé no tiene una caracterización específica. A la banda la siguen fanáticos de todas las edades y de todos los países de habla hispana.

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Junto con Café Tacvuba, Zoé es uno de los grupos mexicanos de rock alternativo con más proyección en el exterior. En un país con una amplia y heterogénea escena musical, la banda compuesta por Ángel Mosqueda (bajo), León Larregui (voz), Sergio Acosta (guitarra), Jesús Báez (teclados) y Rodrigo Guardiola (batería) es un gran referente de las propuestas emergentes.

De los cinco integrantes, León Larregui es el que más proyecta la figura de estrella de rock. Ha adelantado su carrera como solista, pero siempre regresa a Zoé, en donde su característica pronunciación caza de manera fluida con las propuestas de toda la banda. Todos escriben y todos aportan.

El disco, que todavía no tiene un nombre oficial, pospondrá su estreno hasta el 2021. En ese momento habrán pasado tres años desde su trabajo anterior, Aztán (título que se refiere a un sitio místico de la cultura azteca), con el que se ganaron un Grammy y un Grammy Latino. Este último premio lo han ganado en otras dos ocasiones por su trabajo en el Unplugged.(También le puede interesar: ‘Ramiro D. No futuro’, entrevista con Ramiro Meneses).

El MTV Unplugged de 2011 los internacionalizó y los llevó a muchos oídos. ¿Cómo resumiría la trayectoria de la banda desde entonces?

Han sucedido varias cosas. Sacamos un disco que se llama Prográmaton en 2013, hicimos una gira extensa que culminó con un concierto memorable en la Ciudad de México, que fue la presentación más grande que hemos tenido. También hicimos el documental Panorama, que refleja lo que fue la banda durante esos años. En 2018 sacamos nuestro álbum Aztlán, que también tuvo una gran gira. Ahora estamos preparando nuestro último disco. Creo que nos hemos enfocado en lo internacional. Y ahora nos estamos alistando para el poder continuar con este viaje, si todo sale bien.

¿Cómo son los procesos creativos de la banda?

Tenemos la fortuna, la ventaja y el don de que varios de los integrantes de la banda componemos canciones. Escribimos de muchas formas: lo hacemos individualmente, en parejas, en equipos. Justamente este disco es en el que más hemos querido reflejar esa sinfonía que somos nosotros. Aunque estemos alejados y trabajemos por separado, tenemos una visión de cómo funcionamos, hay un entendimiento claro de lo que queremos.

Esto ha pasado gracias a todo el trabajo que hemos hecho, a los años que llevamos juntos y a la vibra que hay entre los integrantes. Nosotros trabajamos de manera lúdica. No hacemos canciones por hacer canciones. O más bien, sí lo hacemos por hacer, pero no de una manera seria o estática. Intentamos hacer música en la que haya magia. También nos preguntamos para qué hacemos esto, y a veces la respuesta es que nos dedicamos a esto para hacer algo divertido y refrescante.

Con el tiempo, ustedes se han convertido en el referente de muchos artistas.

Es definitivamente un privilegio. Es, por supuesto, una gran responsabilidad. Y es motivante. Además, hay gente que toma como referencia no solo la música de Zoé, sino nuestra historia. Que otras personas nos sigan me hace pensar que estamos en el lugar correcto y que la música da para mucho.

https://www.instagram.com/p/B92wsBknSDL/?utm_source=ig_web_copy_link

¿Qué diferencias hay entre ‘Aztlán’ y el disco que están preparando?

Entre todos los discos siempre hay cosas distintas, pero también hay similitudes. Somos los mismos integrantes, es la misma banda y eso hace que nuestra música se parezca entre sí. Pero los recursos musicales, y la libertad que tenemos nos ha ido clarificando el concepto. En este álbum hay un espectro de colores y de sonidos muy rico, libre y relajado. Tenemos composiciones buenas. Y el trabajo refleja mucho de lo que estamos viviendo como banda, que es una etapa de entender el arte de forma tranquila. Mezclamos elementos electrónicos, acústicos, roqueros. Yo definiría el sonido como ‘retrofuturista’.

Ahora creo que el rock tiene su lugar. El rock no va a morir. Ahí está para el que lo quiera oír. Aunque a veces me preocupa que haya calidad, no simplemente rock

‘SKR’ tiene sonidos que evocan las mezclas de Daft Punk.

Esta relación que mencionas nunca la había pensado, pero tiene sentido. La introducción es muy electro. Las imágenes que teníamos en mente cuando la hicimos eran como de la banda sonora de Blade Runner. A eso me refiero con ‘retrofuturo’. Y obviamente esto está relacionado con lo que me dices. Seguramente los de Daft Punk oían a Vangelis. Y por ahí se va toda la mescolanza de influencias. La otra cosa que nos gustó de este proyecto es la onda de rock clásico que intentamos meterle. Con nuestra interpretación, intentamos llevar el coro de SKR hacia el rock setentero. Es muy bueno poder abarcar ambos espectros en una misma canción y combinarlos bien.

¿Cómo han logrado tejer la cultura mexicana con el rock y la música popular?

Amamos nuestro país, pero también nos consideramos personas de mundo. Nos encanta lo que sucede culturalmente en México y en toda Latinoamérica. Tenemos las raíces muy bien puestas. Pero hemos oído música de diferentes partes y de diferentes épocas. Somos amantes del rock anglosajón y de la electrónica de Europa. Somos muy fans de Pink Floyd. Somos de aquí, pero nos gustan cosas de Brasil, de Inglaterra o piezas del siglo XVII y XVIII.

¿Cómo definiría la relación de Zoé con Colombia?

Fue un amor a primera vista. Recuerdo mucho nuestro primer espectáculo allá, que fue cuando apenas comenzábamos a tocar fuera de México. Parecía que estuviéramos en casa. El público en Colombia entendió nuestra propuesta mucho más rápido que otros países. Esto tiene que ver con la relación que hay entre ambas naciones, que es profunda. Es una hermandad. Qué fácil es que un mexicano y un colombiano se hagan amigos. Nos gusta ir con frecuencia. Hemos dado conciertos importantes, como el del Movistar Arena en 2018. También hemos ido varias veces al Estéreo Picnic y hemos pasado por Medellín, Cali o Bucaramanga.

¿Qué significa el rock en tiempos en los que al ‘mainstream’ lo ocupan otros géneros?

A nosotros nos tocó la época en la que las canciones que se oían las dictaban las emisoras y los canales de música. Pero ahora ya no hay una dictadura. Y pese a que el ‘mainstream’ tiene sus ritmos, sus tendencias, el público tiene el poder de escoger lo que quiere oír. Las plataformas digitales te dan la posibilidad de ir a conocer lo que te dé la gana. Si no te gusta lo que las modas te proponen, puedes acudir a lo que te interese. Muchos aprovechan la oportunidad de hacer sus propias investigaciones, sus propias conjeturas y de construir sus redes musicales. Agradezco al ‘mainstream’, me excita ese lado y lo respeto. Pero podemos acceder a los que nos provoque.

Durante algunos años el nicho del rock permaneció obscuro: era un pequeño rincón con pocas opciones. Eso ha cambiado y ahora la gente va a conciertos de muchos géneros. Hay bandas de metal que siguen girando por todo el mundo, hay bandas de punk. Tenemos a los DJ, a los reguetoneros, tenemos a los cantantes de pop. Hay un intercambio interesante.

Ahora creo que el rock tiene su lugar. El rock no va a morir. Ahí está para el que lo quiera oír. Aunque a veces me preocupa que haya calidad, no simplemente rock. Hay cierta altura en la oferta, pero quisiera ver muchos grupos de rock con alta calidad.

¿La forma en la que entendemos el papel de la música en la sociedad va a cambiar después de la pandemia?

Tenemos que cambiar. No sé cómo, pero nos adaptaremos. La industria tiene la capacidad de ajustarse. Hacia principios de los 2000 comenzó la piratería y supimos qué hacer con eso. La música es de las cosas más bonitas que tenemos como especie. No se va a acabar porque nos une y nos da esperanza. No sé qué va a pasar. Pero en medio de todo esto nos emociona poder entregarle nuestra propuesta al público.

Fuente: El Tiempo

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