Amit Peled: “El violonchelo de Casals me cambió la vida”

El músico israelí-estadounidense usará un instrumento del Maestro Pablo Casals durante su concierto el 14 de marzo en San Juan.

Tres metas debe cumplir el violonchelista israelí-estadounidense Amit Peled, durante su presentación en Puerto Rico como parte del Festival Casals: lograr una ejecución del violonchelo excepcional; estar a la altura del maestro Pablo Casals, de quien utilizará uno de sus instrumentos; y derribar la pared. ¿Cuál? La que se instala muchas veces entre el exponente de música clásica y su audiencia.

Cuando niño me fomentaban que tocara el violonchelo por la música, pero pronto descubrí el poder de estar en el escenario para tocar música clásica que todos puedan disfrutar y traté de convertirlo en mi misión.No me gusta subir a un escenario y tocar alejado, siempre tengo un micrófono conmigo y entre las piezas me gusta conversar con el público para fomentar que se rompa esa pared, para tener una conexión emocional. Soy como ellos, alguien que tiene hijos, esposa, familia, vida, hipoteca”, puntualiza el artista.

Y cuando siente que la pared fue derrumbada, asegura que la experiencia es “totalmente diferente”. “Ellos lloran, animan, hasta se toman fotos con sus iPhones; quiero que la gente exprese lo que sienta en el momento. En conciertos de música clásica la gente siente que hay que hacer silencio todo el tiempo y eso no me gusta”, puntualiza.

Peled confiesa que su amor por el violonchelo fue la secuela de su atracción por una adolescente de 14 años que, obviamente, tocaba dicho instrumento. Tenía 10 años cuando la escuchaba tocar en el salón de música del kibutz donde crecieron en Israel.

“No me acercaba para oír el chelo si no para mirarla”, cuenta entre risas, “realmente quería hablarle pero ella era mayor así que no me atrevía. Lo que hacía entonces era tocar todo lo que ella tocaba porque pensaba que si tocaba bien el chelo, ella se casaría conmigo. Por supuesto, no funcionó; ella no se casó conmigo y yo me quedé con el chelo”.

Esa relación sí que ha sido duradera. Al punto de que Marta Casals Istomin, viuda del Maestro Pablo Casals, le permitió usar el violonchelo Goffriller, del año 1733, que usó el renombrado músico catalán quien por años vivió en nuestra isla y cuya madre era mayagüezana. Dicho instrumento utilizará Peled en el concierto que ofrecerá aquí acompañado de la pianista Noreen Polera.

“Puedo resumirlo en una oración, el violonchelo de Casals me cambió la vida”, asegura el músico sobre la vivencia que propició que publicara en el 2017 el libro infantil “A Cello Named Pablo”, en el que lanza el anzuelo a un músico en ciernes para que lo toque en el futuro.

A lo largo de seis años, Peled ha viajado el mundo con el violonchelo de Casals lo que le ha permitido descubrir “que la gente lo adora” en muchos sitios y, donde lo hayan olvidado, “me encargo de que lo recuerden”. “Recibí este honor que me hizo embajador de su legado musical y humanitario”, menciona en torno al instrumento que debe exponerse a controlados niveles de humedad y temperatura para garantizar su óptimo sonido.

Nacido en 1973, altísimo, jugador de baloncesto en su juventud y poseedor de discos como “The Jewish Soul”, “Cellobration” y “Reflections”, Peled anticipa que tocará en Puerto Rico, “música romántica para chelo”. Comenzará con la Sonata para violonchelo, núm. 1, de Brahms, de la cual indica, “Casals la tocó para Brahms cuando tenía doce años”.

La segunda parte inicia con una de las piezas favoritas de Peled, la Sonata para violonchelo y piano, de Rachmaninov. “Muestra todos los hermosos aspectos del violonchelo, es su cualidad para cantar, su profundidad. Ambas sonatas las he grabado con el violonchelo de Casals. Es muy especial para mí poder tocarlas en Puerto Rico, la meca de Pablo Casals. Para mí será bien emocionante, voy a compartir cada pedazo de mi corazón cuando las toque”, anticipa de su tercera visita a nuestros escenarios.

Profesor en el Conservatorio Peabody, de la Universidad John Hopkins, en Baltimore, el músico considera la docencia un deber. “Tuve grandes maestros como Bernard Greenhouse, que fue alumno de Pablo Casals, así que me siento afortunado de compartir con la próxima generación lo que he aprendido. Enseñando aprendes muchísimo, tú tocas mejor después de hacerlo” , sentencia Peled.

Fuente:El Nuevo Día

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