La sospechosa generosidad de Maduro antes de elecciones

Justo antes de ir a las urnas al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, entrega bonos, amplía los beneficios del carnet de la patria y hasta vende electrodomésticos a precios muy bajos…

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.AFP

El chavismo sí sabe cómo ganar elecciones. Desde los tiempos de Hugo Chávez, que sometía cuanta cosa se le ocurría a las urnas (así legitimó su poyecto político), el andamiaje del Estado y los recursos públicos se convirtieron en la herramienta preelectoral más importante. De esta manera comenzaron a controlar las condiciones de la competencia, siempre ventajosa para los candidatos chavistas.

Nicolás Maduro, heredero de Chávez, aprendió bien esta lección y la ha aplicado al pie de la letra. Carente del carisma de Chávez, que le bastaba pedir el voto porque durante años los venezolanos votaron «por lo que dijera Chávez», el actual mandatario venezolano debe esforzarse un poco más. Eso hace que la competencia sea cada vez más desigual, o, simplemente, no exista.

Antes de ir a las urnas, el chavismo echa a andar su estrategia: anula la capacidad de sus contradictores políticos, inhabilita candidatos, emite fallos contrarios al rival político y somete al ciudadano dependiente del subsidio del Estado a punta de bonos y, claro, amenazas.

«La Revolución Bolivariana implementó una relación clientelar extorsiva que fomentó la dependencia del ciudadano al Estado, no solo en la atención de sus demandas en cuanto a los servicios normales que suele proveer a la sociedad, como educación, salud o seguridad, sino que capturó la estructura socioeconómica, ampliando su espacio de acción, llegando incluso a controlar con fuerzas de seguridad la producción, distribución y comercialización de productos como el pan», explicaba a este diario el experto investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronal Rodríguez.

«Dicha dependencia busca utilizar las necesidades del ciudadano para garantizar la lealtad al proyecto político, o en su defecto para aumentar los costos de ser opositor al mismo. Así las cosas, un ciudadano, o milita en el chavismo y se inscribe en el “carné de la patria”, o no tendrá acceso a productos de la canasta básica, que en algunas regiones es la única forma de conseguirlos, o no tendrá acceso a derechos fundamentales, como por ejemplo, en materia de salud son las vacunas», agrega Rodríguez.

Ver más: (Las dictaduras no pierden elecciones en Venezuela)

Antes de las elecciones presidenciales de 2013, que ganó Maduro por apenas 234.935 votos frente a Henrique Capriles, el Presidente tuvo que recurrir a una estrategia mercantilista: vendió electrodomésticos y otros productos casi que regalados. La jugada se conoció como el Dakazo. Previo a las elecciones de gobernadores repitió la estrategia, usó al Consejo Nacional Electoral (CNE) y al Tribunal Supremo para disminuir a la oposición, y amplió los beneficios del Carnet de la Patria para garantizar la participación de los ciudadanos en las urnas.

«Eso imprime temor en los electores que se sienten vigilados y controlados. A lo cual se suma, la parcialidad política de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) como elemento intimidatorio ante los reclamos opositores, así como su actitud permisiva con los grupos de paramilitares asociados al gobierno, los llamados colectivos sociales», dice Rodríguez.

Los bonos de Maduro 

Esta vez la situación no es diferente. El presidente venezolano anunció este martes que regalará un bono a ocho millones de personas para las fiestas de carnaval, como parte de una cascada de subsidios en medio de su naciente campaña por la reelección.

«La próxima semana voy a entregar un bono de carnavales a ocho millones de compatriotas para estas festividades y que nadie pueda amargarles el carnaval», dijo Maduro durante un consejo de ministros transmitido en cadena de radio y televisión.

El subsidio para las celebraciones que tendrán lugar el 12 y 13 de febrero será de 700.000 bolívares (209 dólares a la tasa oficial y cerca de tres dólares a la del mercado negro).

Maduro anunció la entrega de otros bonos para familias -cuyo monto varía según el número de integrantes-, embarazadas, así como nuevas pensiones de vejez y para discapacitados.

«A la muchacha embarazada le llegó un respiro, le llegó Maduro, siénteme que estoy a tu lado, muchacha», afirmó el mandatario sobre el beneficio con el que espera llegar a más de 300.000 mujeres.

Dirigidos a beneficiarios del «carnet de la patria», una tarjeta electrónica que permite acceder a programas sociales, las cantidades van desde 150.000 hasta 1,6 millones de bolívares.

Billetera móvil

Maduro hizo otro anuncio: dijo que todas las personas que tienen el llamado «carnet de la patria», un instrumento por el que el Gobierno ofrece ayudas sociales, también cuentan con una «billetera digital» en la que serán depositados bonos a los venezolanos.

La billetera móvil servirá para «que todos los venezolanos que tengan el Carnet de la Patria (…) puedan ir a cualquier Banco del Estado o privado a recargar dinero en su Carnet, sin importar si están o no bancarizados», dice el Gobierno venezolano en la página web de este instrumento, que también tiene una cuenta de Twitter.

En esa misma página se explica que la billetera «funciona a través del código QR del Carnet de la Patria, convirtiéndole en una tarjeta de pago que las personas podrán recargar, en principio, mediante depósitos en las taquillas de la Banca Pública o través de aportes que realice el Gobierno Nacional».

En ese sentido, Maduro dijo hoy, en transmisión obligatoria de radio y televisión, que el bono a las embarazadas de 700.000 bolívares (209 dólares a la tasa de cambio oficial), anunciado a principios de mes, será depositado «a través del sistema de monedero digital, monedero patrio que es una billetera digital».

Fuente: EE

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