Crisis migratoria en EE. UU.: 522 niños se reencontraron con sus familias

Así lo indicó el Departamento de Seguridad Nacional. Todavía al menos 2.000 permanecen en los albergues dispuestos por el gobierno Trump.

En la primera publicación de datos oficiales desde que el presidente de EE. UU. puso fin el miércoles a las separaciones familiares, el Departamento indicó que el proceso de reunificación «está bien coordinado».

«El gobierno de Estados Unidos conoce la ubicación de todos los niños bajo su custodia y está trabajando para reunirlos con sus familias», agregó la cartera en un comunicado difundido el sábado por la noche.

Sin jueves ni juicios

Al tratar de detener el flujo de decenas de miles de migrantes de América Central y México que llegan a la frontera sur todos los meses, Trump ordenó a principios de mayo que todos los adultos que cruzaran ilegalmente los pasos limítrofes serían arrestados y sus hijos separados de ellos.

Después de que las imágenes de niños en recintos encadenados provocaran una ola de indignación en el país y en el mundo, Trump puso fin a la práctica de la separación, pero continuó con su discurso de línea dura sobre la inmigración.

El presidente considera a ese tema como crucial antes de las elecciones legislativas de mitad de período, que se desarrollarán en noviembre.

«No podemos permitir que todas estas personas invadan nuestro país», dijo Trump el domingo en Twitter.

«Cuando alguien llega, debemos inmediatamente, sin jueces ni juicios, llevarlo de vuelta a donde vino», dijo, lo que sugiere un tratamiento sin el debido proceso legal que la Constitución estadounidense garantiza a «cualquier persona».

Casi todas las familias que llegan al país han solicitado asilo oficialmente.

«Nuestro sistema es una burla a la buena política de inmigración y a la Ley y el Orden», escribió Trump, quien ha tratado repetidamente de vincular a los inmigrantes con el crimen.

Separaciones

Huyendo de la empobrecida América Central, los inmigrantes buscan una vida mejor y también un refugio contra las bandas criminales que aterrorizan su región, que tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo.

Ever Sierra, deportado tras haber pretendido ingresar a Estados Unidos, dijo a la AFP que hará un nuevo intento en pocos días.

Sierra llegó a Honduras con los zapatos de su hija de ocho meses colgando de su mochila. La niña quedó detenida en un centro de internación para inmigrantes en McAllen, Texas, junto con su madre.

Benjamín Raymundo, un deportista de 33 años deportado a Guatemala, dijo que abandonó su país en abril con su hijo Roberto, de cinco años, pero ambos fueron separados por agentes de inmigración de California que los detuvieron.

El niño finalmente fue puesto bajo custodia de un pariente.

«Es una gran tristeza para mí, como si nunca volviera a ver a mi hijo», lamentó Raymondo.

Antiinmigración sin respaldo

El exasesor adjunto de seguridad nacional de Trump, Tom Bossert, dijo que la semana pasada había advertido a la administración que las autoridades carecen de «la capacidad de detener a estos padres e hijos, juntos o por separado».

Legisladores estadounidenses hablaron el domingo de la necesidad de una solución a más largo plazo.

El Congreso no ha aprobado hasta ahora dos proyectos de ley presentados por la mayoría republicana.

Una propuesta de línea dura fue derrotada la semana pasada, como se esperaba, mientras un proyecto de ley de «compromiso» entre las facciones duras y moderadas del partido también fue rechazado.

Trump y otros republicanos de línea dura acusan a la oposición demócrata de ser blanda con el crimen y la inmigración.

El sábado, el exaspirante presidencial republicano Mike Huckabee publicó una foto en Twitter de miembros de la pandilla MS-13 y afirmó que esos latinos, fuertemente tatuados, eran parte del «comité de campaña» de la jefa de la bancada demócrata Nancy Pelosi.

Trump hace frecuentemente referencia a la pandilla hispana al hablar de inmigración.

Fuente:EE

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