Piero se sumerge de nuevo en su Sinfonía Inconclusa

Tomen aire, aunque quizá necesiten ensayarlo un par de veces. Para escuchar las más dulces sinfonías hay que sumergirse en el mar, donde las focas interpretan melodías con la flauta, mientras un pulpo desliza sus tentáculos sobre las teclas del piano y los tiburones dejan de ser tan temibles y tocan el trombón.

La expedición de Sinfonía Inconclusa en la Mar partió a comienzos de los años setenta cuando Piero se propuso dirigir esa pieza submarina que sonó desde la orilla del océano hasta las grandes ciudades, donde los niños la empezaron a cantar.

A ese se le sumaron más temas sobre indios, abuelas y vaqueros. Según Piero, todo era cuestión de jugar y reflejar lo que a él le gustaba cuando niño como “los westerns y los cowboys (vaqueros)”, cuenta el músico italo-argentino.

A finales de 2018, Piero decidió regresar a ese disco infantil que ha sonado por cuatro décadas y que en Medellín se presentará este viernes 22 y sábado 23 en el Teatro Metropolitano. “Es una deuda que teníamos porque nos pedían siempre que hiciéramos la Sinfonía”, cuenta. “Además, los chicos son el mejor público, el más sincero”.

Quizá lo que más le sorprende de este nuevo encuentro es ver tres o cuatro generaciones reunidas en torno al álbum. Y no solo entre el público, también sobre el escenario. “Mi hijo, que está en la banda, tiene 42 años”, dice. Más de un músico le ha dicho que lo envidia porque no todo artista tiene ese privilegio de interpretar una obra como esa en vivo con uno de sus hijos.

Un disco para no naufragar

El espectáculo, que incluye toda una puesta en escena colorida, se ha presentado en más de una decena de países pero al parecer el sentimiento es el mismo. “Uno puede tener una imagen de lo que es América unida, con todo lo hermoso que tiene”, afirma.

Le alegra eso, le da esperanza, porque a fin de cuentas este disco representó superar una situación compleja que vivió Argentina en ese momento.

“Todo fue por un tema con los militares, que me prohibían cantarle al pueblo. Había una amenaza que venía muy directa hacia mi, por eso se me ocurrió hacer un disco que no pudieran prohibir”, relata.

Se acordó de las canciones que un amigo suyo “casi cura” les cantaba a niños en esa época. A Piero se le ocurrió darle una oportunidad a conectarse con ese público.

Hoy, regresar a la Sinfonía es como un remanso para otro tipo de tiempos difíciles, “no solo en Argentina, sino en varios lugares más”, reflexiona. “La gente discute, no habla. No se sienta a ver cómo se solucionan las cosas porque hay intereses que sobrepasan todo eso”.

Por eso vuelve a ese momento en el que el pulpo se puso de acuerdo con el tiburón, el bagre y las focas para crear una Sinfonía. Para él esa puede ser la clave: el encuentro, porque si no “no vamos ni a la esquina”.

Fuente:El Colombiano

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