Cuando estaba niño, Jean Carlos Centeno era muy inquieto y hacia cuanta travesura se le ocurriera.
Un día, estaba trepado en un árbol y se tiró, en sus brazos le colgaban unas bolsas negras de basura con el propósito de que hicieran las veces de paracaídas y así aterrizar “seguramente”.
Con lo que no contaba el cantante, es que una hermana suya lo vio y lo regañó porque se había golpeado los brazos y las piernas cuando cayó al piso.
“¿Te golpeaste duro verdad?”, le dijo la hermana, y el respondió “un poquito”. Entonces su hermana lo reprendió pegándole con una chancleta y le dijo “¿tú eres loco?”, a lo que Centeno le respondió “yo no soy loco”, y la hermana con rabia le refutó “entonces eres casi loco”.
En ese preciso momento pasaba por el lugar uno de los amigos de infancia del artista, escuchó cuando la hermana le dijo “casi loco” mientras lo regañaba, y fue este amigo suyo quien se encargó de comentar en todo el pueblo a manera de burla, que Jean Carlo Centeno le decían “casi loco”.